Se luce la folklorista Carmen Espinoza en charla online, sobre su vida y obra

0
1291
  • La ex directora del Grupo de Proyección Folklórica habla de sus vivencias como personaje de la cultura de la Universidad Autónoma de Sinaloa

Carmen Espinoza, quien en su niñez y juventud fuera vecina de la icónica directora de teatro, Socorro Astol, en la colonia Rosales; Carmen Espinoza, quien vivió con espanto la muerte de los jóvenes Juan de Dios Quiñónez y María Isabel Landeros, porque aquel 7 de abril de 1972 ella se encontraba al interior del edificio central de la UAS y desde allá escuchó los balazos y percibió el olor a pólvora; ella, la especialista en folklor que tuvo una vida activa en la máxima casa de estudios por 44 años, como maestra de danza y al frente del Grupo de Proyección Folklórica, se anima desde su estatus de jubilada y participa en Universarte para compartir sus vivencias, entrevistada por Fernando Mejía y Alberto Bueno.

Universarte, inscrito en las carteleras de la Coordinación General de Extensión de la Cultura y Radio Universidad, se vistió de manteles largos con la presencia de Carmen, quien, muy a su estilo, narró su historia en el mundo de la danza, que remontó desde sus días de niñez en el Kínder Baltazar Izaguirre Rojo, a la época cuando asistía a un club de danza sabatino, o por las fechas cuando se inscribió en La Asegurada del IMSS y tomó clases con Libia Manjarrez, a sus 13 años, edad en la que también se estrenó como profesora de folklor en la escuela primaria Velina León de Medina.

Carmen Espinoza, Fernando Mejía y Alberto Bueno

Transmitido por las ondas hertzianas de Radio UAS y por Facebook Live, la charla se desarrolló de forma ágil y amena, donde recordó giras memorables por el país y a los Estados Unidos, especialmente la presentación que el Grupo hizo en Las Islas Marías, y de las simpatías que sus coreografías lograron en entidades como Guanajuato, Baja California Norte y Baja California Sur, al grado de presentarse al menos una vez por año.

Carmen Espinoza, a quien en 1975 (junto con Pedro Carreón) quisieron convencerla para que le diera la espalda a la UAS y se adscribiera a Difocur (hoy ISIC), exhaló con orgullo al decir que pasaron infinidad de estudiantes por sus aulas de directora de folklor: “Tengo muchos alumnos míos que son maestros de danza”, expuso.

Respecto a sus creaciones, Carmen Espinoza destacó que todos los bailes sinaloenses que ofreció a través del Grupo de Proyección Folklórica, fueron coreografías suyas, enfatizando que bailes como ‘La cuichi’ y ‘El coyote’ lograron fama nacional, y que son números que sigue montando en los cursos que da en la Unión Americana y en varios estados del país.

Jubilada desde hace 4 años, dijo que cuando tenía 16 años de edad ayudó a Héctor Nieto, entonces responsable de danza regional en la UAS, haciéndole un proyecto que aquél presentó a las autoridades culturales, mismo que fue autorizado y ella fungió como su asistente; pero que un día le pidió oportunidad para irse a estudiar danza a Bellas Artes, en la Ciudad de México, y al señor Nieto no le gustó, pidiéndole su renuncia, de lo que se enteró Miguel Tamayo, de Difusión Cultural, y no sólo la apoyó para que no saliera de la UAS, sino que también, junto con la venia de Rectoría, la respaldaron económicamente para que se preparara en la capital mexicana. Regresó a Culiacán, y a los 21 años logró la titularidad como directora de Danza Regional.

En los días que corren, Carmen Espinoza no se está quieta, porque tanto sigue activa ofreciendo cursos (online, en estos días de pandemia), como se ejercita e investiga; porque, dijo, sólo tras buenas investigaciones se pueden alcanzar excelentes coreografías. Actualmente, trabaja en torno a ‘La fiesta de la calabaza’, tradición de alrededor de 60 años que tiene lugar en Piaxtla de Abajo, San Ignacio, de donde emergerá otra coreografía suya, con el apoyo del cronista, fotógrafo y ex director de Difocur, Juan Ramón Manjarrez Peñuelas.

Dejar respuesta