Corean Amor de estudiante, el ‘himno’ sin tiempo de Roberto Jordán

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Con un concierto digital a su cargo, la UAS abre la cartelera del XXVI Festival Internacional Universitario de la Cultura

Posterior al mensaje e inauguración del vigésimo sexto Festival Internacional Universitario de la Cultura, que por segundo año consecutivo el rector Dr. Juan Eulogio Guerra Liera ofreció de manera virtual, las redes se iluminaron con el exquisito concierto digital a cargo del homenajeado de este año, Roberto Jordán, haciendo revivir momentos espectaculares que tuvieron lugar en el corazón del alma rosalina: frente al edificio central de la centenaria casa de estudios.

Como alivio espiritual contra la pandemia, o a pesar de ella, la UAS no pudo dejar sin efecto el 147 aniversario de su fundación, por lo que este 5 de mayo dio por iniciada la cartelera del Festival alusivo, que se estará llevando a cabo digitalmente a través de diversas plataformas, entre ellas las que tiene a cargo la Coordinación General de Extensión de la Cultura.

Fue de este modo como se pudo apreciar el carisma y el enorme talento del cantante nacido en Ahome, quien desde el inicio reconoció su apego para con la UAS, pues fue su alma máter en su carácter de estudiante.

Quizá por ello Roberto Jordán se emocionó más que en otros foros; pues sí, cómo no, porque el entorno le era familiar; porque estar allí, a un costado de la Plazuela Rosales, le hizo revivir sus jóvenes días en las aulas de la UAS. Y tal vez todo esto explique por qué se entregó todo, sin dobleces, justo cuando interpretó Amor de estudiante.

Lo hizo y el púbico estuvo a sus pies. Y él bajó del escenario para regresar el afecto. Se tomó fotografías, saludó de mano a unos cuantos y siguió interpretando una canción tras otra.

El artista, que se ha mantenido en el gusto del público desde mediados de los 60, sabía que la canción que ha sido su ‘himno’, lo lograría. Cada que la interpreta, regresa el tiempo para que los otros recuerden a ese primer amor.

Roberto Jordán, acompañado por un grupo de músicos, la interpretó como si los años no hubieran pasado, porque su voz sigue potente y su carisma también.

En ningún momento el público dejó de acompañarlo con sus voces, pero el momento cumbre fue éste, es decir, cuando al unísono se escuchó: “Mi amor de verano, mi primer amor, amor de estudiante ya se terminó… Vendrán otros veranos, vendrán otros amores, pero siempre en mi ser vivirá mi amor de verano, mi primer amor”.

Antes, Jordán, el artista por siempre, a cada interpretación: Bello momento, Solo palabras, Amor de temporada, Detente, La chica de los ojos cafés, Dame una señal, se había mostrado como un artista vigente y generoso, que da todo en el escenario.

Bajo el calor de la noche de mayo, el cantante que reunió un numeroso público que desde el atardecer lo esperaba, recordó además Café rock, Muchacha de luna, Rosa marchita, Ven a darme amor, provocando la nostalgia y los recuerdos del tiempo que se ha ido.

El intérprete que marcó toda una época con diversos temas incluyó, en el concierto uno de sus primeros éxitos, y también el primer éxito de las composiciones de Juan Gabriel: No se ha dado cuenta; y fue tanto el entusiasmo que al final la volvió a interpretar.

Aquello que parecía una fiesta, en la que el baile y los aplausos fueron la constante, el artista cantó El juego de Simón; y todos aquellos que ahora no son tan jóvenes, ‘enloquecieron’.

Jordán fue todo un reencuentro con esa otra esencia de la música que tiene sentido, que mueve y permanece; de lo contrario, su vitalidad y temas no hubiesen provocado una noche memorable, de aquellas que quedan para la historia del Festival.

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