HUGO WOLF: CANCIONERO ITALIANO

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  • El tenor mexicano Francisco Araiza y la soprano croata Marija Vidovic reviven las 46 pequeñas canciones que Hugo Wolf compuso entre 1891 y 1896.
  • Estas piezas inspiradas en poemas italianos anónimos evidencian la renovación del lied que Wolf logró con la unión de gran continuidad estilística entre el texto y la música.

El austriaco Hugo Wolf (1860-1903) fue uno de los compositores de canciones más sobresalientes de todos los tiempos. Con las más de 200 lieder sobre poemas de Eduard Mörike, Joseph von Eichendorff y Johann Wolfgang von Goethe, que compuso entre 1888 y 1891, integró un gran legado capaz de renovar el género de la canción alemana.

Entre 1891 y 1896 creó, con versos decasílabos y endecasílabos, las 46 pequeñas canciones de amor basadas en poemas italianos anónimos traducidos con anterioridad por el berlinés Paul Heyse, con las que conformó su Italienisches Liederbuch (Libro de canciones italiano o Cancionero italiano).

En ocasión del XLIV Festival Internacional Cervantino (FIC), el tenor mexicano Francisco Araiza y la soprano croata Marija Vidovic, acompañados por el pianista ruso Alexander Pashkov, interpretan la sencillez y cálida belleza de estas piezas, en las que el folclor italiano se mezcla con la gran intelectualidad del arte alemán, listas para verse en formato de video, este viernes 11 de noviembre, a las 10:00 horas, en el Auditorio “Margarita Sánchez de Corona” de la Unidad Académica de Artes de la UAS (Escuela de Música), en el marco del programa “Vive el Cervantino más allá de Guanajuato”.

Cabe destacar que Francisco Araiza es uno de los tenores más importantes a nivel mundial. Desde 1977 es miembro permanente de la Ópera de Zurich, en 1980 fue seleccionado y dirigido por Herbert von Karajan para grabar La flauta mágica de Mozart y debutar en el Festival de Salzburgo. Ocho años después recibió el título de Kammersänger de la Ópera de Viena.

Se ha presentado con las más reconocidas compañías de ópera del mundo en los teatros de mayor renombre, como la Scala de Milán, la Metropolitan Opera House de Nueva York, el Royal Opera House-Covent Garden de Londres, las óperas de Hamburgo y Baviera, las de Berlín, La Fenice de Venecia, el Liceu de Barcelona, el Teatro Colón en Buenos Aires y Palacio de Bellas Artes en México, donde se ha ganado la ovación del público y la crítica.

Ha participado en los festivales de Edimburgo, Praga, Bayreuth, Salzburgo, Bregenz, Orange, Verona, Macerata y Ravinia, así como en el Aix-en-Provence, el Rossini en Pesaro, el Schubert en Hohenems, el Strauss en Garmisch-Partenkirchen, el Internacional Cervantino y el Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México.

Con un recital de lied obtuvo el premio al Mejor Evento Musical de 1988, en Tokio, Japón. También ha sido distinguido con el Orphée d’Or por la grabación de El barbero de Sevilla con Sir Neville Marriner, la Medalla Mozart de la UNAM en 1991, el premio Mario del Monaco-Otello d’Oro en 1995 y el Golden Mercure por la mejor actuación como cantante de ópera en Munich en 1996.

En 2011 el INBA le rindió homenaje por sus 40 años de carrera artística y le entregó la Medalla de Bellas Artes. En los últimos años ha colaborado con el instituto en la impartición de talleres de estilo y técnica vocal.

Araiza patrocina el concurso de canto que lleva su nombre y se celebra año con año en la Escuela Nacional de Música de la UNAM, ostenta el título de Professor otorgado por el Estado de Baden-Wüttenberg en Alemania, ha sido invitado a formar parte de la plantilla de directores académicos de la Escuela Superior de Arte y Música de Stuttgart, es miembro de la Junta Mayor y encargado de la formación vocal en técnica y estilo del Opernstudio de Zurich.

Por su parte, Marija Vidovic, nacida en 1982, ganó a los 17 años el primer lugar en el Concurso de Canto de Dubrovnik y tiempo después debutó en Varazadin, Croacia.

Estudió en la Universidad de Música y Arte Dramático de Viena y asistió a clases magistrales con Mirella Freni y Julia Varadi. Desde 2007 estudia bajo la tutela de Francisco Araiza en la Escuela Superior de Música de Stuttgart.

Desde 1998 ha participado con regularidad en conciertos y recitales en Alemania, Austria, Liechtenstein, Croacia, Suiza e Italia. Ha participado en concursos como Lyns Club Singing en Stuttgart, Vokal Genail con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Munich, Ton und Erklärung y Cultural Prize del Cultural Circle of German Economy, entre otros.

En sus voces cobran vida las 46 composiciones, escritas en dos partes y con cinco años de diferencia, en las que Hugo Wolf supo plasmar un equilibrio formal de gran continuidad estilística que establece una correlación muy intensa entre el texto y la música, y evidencia la unión perfecta entre notas y palabras, para cantarle lo mismo a la ironía que al buen humor y celebrar la belleza femenina con extraordinaria sensibilidad.

Este lenguaje armónico, tan audaz como refinado, se complementa con la gran variedad de matices sonoros que hacen que el piano alcance proporciones casi orquestales para, más allá de ser un acompañamiento, convertirse en un aporte de gran riqueza expresiva y plástica.

El encargado de ejecutar esos movimientos será el pianista ruso Alexander Pashkov, quien a los 18 años fue reconocido como Joven Talento en el Primer Concurso de Piano Ippolitov-Ivanov en Moscú. Estudioso de las técnicas pedagógicas de su instrumento desde los 15 años, se convirtió en el mejor maestro de arte en el Liceo de San Petersburgo a los 20 años.

Ha tenido oportunidad de actuar con grandes orquestas, como el Mozarteum, la Orquesta Juvenil del Ballet Kirov, la Orquesta de Grangesberg, la Orquesta Báltica, la Ópera de Kirov y la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México. También ha sido invitado para grabar la Primera Sinfonía de Alfred Schnittke con la Orquesta del Teatro Mariinsky en San Petersburgo.

Desde 2005 trabaja en el Conservatorio de las Rosas en Morelia, donde colabora con diversos solistas y creadores, como el compositor Philip Glass, con quien en 2013 preparó el estreno de varios estudios de piano. También ha trabajado bajo la batuta de distinguidos directores de orquesta mexicanos, como Juan Trigos, Román Revueltas y José Guadalupe Flores.

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