APLAUDEN AL GRUPO DE TEATRO BAMBÚ

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Escena de la obraLa agrupación hondureña presenta tres cuentos y una obra completa, a favor de los derechos de las mujeres, durante la vigésima primera edición del Festival Internacional Universitario de la Cultura

El grupo de Teatro Bambú se manifestó a favor de las mujeres. Lo hizo con tres cuentos cortos y una obra completa, donde el hilo conductor fue la situación desventajosa de las féminas frente a los hombres, tema que el público aplaudió de pie en un Teatro Universitario abarrotado.

Procedentes de Honduras, el grupo de actores que se ha caracterizado por presentar montajes que denuncian, gritan y claman paz, consiguieron lo que todo artista busca: la empatía, el reconocimiento, pero sobre todo transmitir mensajes.

La participación programada dentro de la vigésima primera edición del Festival Internacional Universitario de la Cultura, abrió con una dupla entre en músico y un contador de historias, que recreó la vida una mujer sola, de 40 años, que se compró un sapo encantado, al que debía dedicarle 48 horas dándole amor para que se convirtiera en príncipe.

Después de lograrlo, se dedicó en cuerpo y alma a él. Trabajaba horas extras, se descuidó físicamente para complacerlo, hasta que él la engañó. Ella entendió que no valía la pena darlo todo por nada y rompió el hechizo sin que importara volver a su soledad.

La segunda historia fue la de ‘Cenicienta’, quien también soportó andar en zapatillas de cristal todo el día, entregarse a ese ‘príncipe’, que en realidad no la quería. Después de aguantar sus desplantes, también logró romper las cadenas.

En el tercer cuento corto, el actor llevó a los asistentes a la historia de una mujer de la montaña que tenía que cortar hasta la leña para complacer al marido, hasta que Dios acudió a su ayuda y logró cambiar al marido por uno nuevo.

Con esa misma temática, el Grupo Teatral Bambú escenificó La tortilla sin voltear, de José María Romero. Ésta fue una propuesta emotiva que tocó la situación de machismo al que está sometida la mujer.

Contada  a través de Marta  y Mamerto, la obra mostró la otra cara de la moneda en un mundo donde prevalece la inequidad de género y en el que se está acostumbrado a que sea él quien someta a la mujer; él quien la golpee, la amenace, le niegue el amor y la humille.

Aquí, aunque sólo fue un sueño, ella llevaba las riendas del hogar, la que ofendía, salía de fiesta, engañaba, amenazaba con dejarlo y todo eso que en un hombre es ‘normal’ realizar.

El mensaje en las propuestas teatrales dejó un momento de reflexión en la asistencia. Esa era la idea.  Los actores señalaron al final que, de 100 hombres, los 100 son machistas y es una situación que buscan disminuir con el teatro.

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