- El pianista, reconocido por Juan Eulogio Guerra Liera, propuso su colaboración artística en un video que promocione lo mejor de Sinaloa.
Ya pasaban las 11:00 de la noche cuando Raúl Di Blasio terminó el concierto con el que emocionó a los cientos y cientos de personas que sobreocuparon la plazuela Rosales, las mismas que aplaudieron efusivamente el reconocimiento que le otorgó la UAS por su aporte a la cultura.
El rector, doctor Juan Eulogio Guerra Liera, acompañado de su esposa, licenciada Patricia Corrales de Guerra, subió al escenario para destacar el gran talento, trabajo y aporte cultural del artista argentino. También la perfecta comunión que logra con su piano, generando interpretaciones excepcionales y que es posible su disfrute en la comunidad universitaria y sinaloense, en donde se le aprecia por su genialidad como músico y generosidad como persona.
Durante su participación en la vigésima segunda edición del Festival Internacional Universitario de la Cultura, el Rector colocó al músico el pin que lo hermana con la UAS, institución que este año está celebrando 144 años de fundación.
Como agradecimiento, el pianista no sólo se mostró inagotable y siempre complaciente, sino que declaró su amor a Sinaloa, el estado que desde su punto de vista es mucho más que lo que pudiera sugerir cualquier nota roja, por lo que propuso su colaboración artística para la creación de un video que muestre lo mejor de la tierra de los 11 ríos.
Al acto protocolario realizado bajo una resplandeciente luna llena que se asomaba por momentos desde un cielo nublado, le siguió la ejecución de Amor eterno, tema inmortalizado por Rocío Durcal, y Así fue, ambas de Juan Gabriel.
Y entonces, el conocido como El Piano de América, no paró: boleros, milongas, rancheras y hasta la melodía de la película Titanic, conformaron parte del programa ofrecido la noche del lunes 9 de mayo.
No faltaron los popurrís: El Manicero, Tico Tico, Como han pasado los años, Corazón de niño, Si nos dejan, El día que me quieras, Volverte a ver, Sigo siendo el rey; y tampoco la invitación de la voz de la cantante Mónica Meza.
Un momento emotivo se vivió cuando subió al escenario la joven Rosa María Hernández para entregarle un ramo de flores, lo que se convirtió en una colaboración espontánea.
A la joven la invitó a tocar, mientras ella le contó de sus deseos de estudiar piano y sobre una intervención que tendrá en el corazón. La motivó a nunca dejar de luchar por sus sueños. Di Blasio, enfundando en un elegante frac, incluso la cubrió para protegerla del frío.
El concierto siguió a pedir de boca, mostrando más piano que show, como lo había anunciado previamente, porque a pesar de la invasión de nuevos ritmos, el arte de Di Blasioo sigue firme y más fresco que nunca -en el mundo y entre los sinaloenses-, que esa noche se fueron a dormir felices, arrullados por el piano de un concierto inolvidable.