- El intérprete, emocionado, enamoró a sus seguidores en el Festival de la UAS
Aclamado por la multitud, Roberto Jordán ya había vuelto de nuevo al escenario para interpretar otro de sus éxitos, pero cuando entonó ‘El Sinaloense’, el júbilo devino en euforia y tanto aplausos como gritos de cariño arroparon a un cantante también extasiado por las manifestaciones de afecto, del modo que el encore no fue nada más de un tema ni de dos, así que la emoción motivó a Jordán para repetir otra vez aquello de que es otoño y los amantes ya se fueron, un ‘Amor de estudiante’ coreado por cientos y cientos de voces, que pasadas las nueve y media de la noche, aún seguían casi encima del escenario, de pie, porque nadie quería dejar ir la oportunidad de admirar a su artista de cerca.
Y es que la explanada del Edificio Central de la UAS prácticamente fue insuficiente para aquella generación que quiso asistir para rememorar su juventud, para vivir de nuevo la época de los primeros romances; y entonces, para dejarse envolver con la nostalgia musical que amueblara sus sueños de amores, hacia aquellos años en que la radio y los discos de acetato se adornaban con el floreciente rock en español y la balada pop, del que Jordán fue uno de sus principales exponentes.
El espacio rosalino, contiguo a la plazuela Rosales, presentó un lleno absoluto; los asistentes -la mayoría compuesto por personas de edad-, empezaron a abarrotar las butacas desde temprana hora, e incluso ni siquiera les importó el calor, ni el sol todavía puesto; debían reservar sus lugares, que de repente resultaron insuficientes y la parte organizadora se vio en la necesidad de acomodar más sillas, traídas en forma urgente desde el Estadio Universitario.
Lo sucedido por la noche del sábado 12 de mayo, en Culiacán, fue un concierto enternecedor y agradecido por quienes pudieron gozar de sus recuerdos juveniles, gracias a la programación del XXIII Festival Internacional Universitario de la Cultura, que para este evento hizo todo lo posible, y más, para generar un espacio de época, de recreación sentimental y de sano esparcimiento para los hombres y mujeres que quisieron darle pinceladas de añoranza a sus años mozos, a través de canciones que hoy por hoy ocupan un lugar preferencial en el cancionero popular de México y de América Latina.
Éxitos como ‘Un, dos, tres’, ‘La chica de los ojos café’ y ‘No se ha dado cuenta’, integraron el repertorio de Roberto Jordán, quien no se limitó a seguir el guion de temas diseñado para interpretar durante su participación en el Festival de la UAS, por lo que en un momento de la noche complació a sus seguidores con canciones emblemáticas del rock en español, como ‘Presumida’ y ‘Speedy González’, entretejiendo un concierto inolvidable, tanto para el público como para él, quien incluso terminó con la camisa desabrochada, pues como dijo, cuando la gente quería ponerse de pie y era contenida por el cuerpo de seguridad, ‘¡vive la liberté!’, en genuino idioma francés.