Repasan la vida de Óscar Liera en la serie Personajes Universitarios

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Escena de Las Juramentaciones, entre las obras emblemáticas del dramaturgo sinaloense

Yo necesito el perfume de la naturaleza, así como disfruto el aroma de las flores cada vez que abro la puerta de mi casa, respondió Óscar Liera durante una entrevista, en la que se le inquirieron las razones por las que había cambiado su residencia a Culiacán, en una época en que ya empezaba a destacar como dramaturgo en la Ciudad de México, por las fechas en que se sabía del éxito logrado tras la publicación de su primer libro, La Piña y la Manzana, que contenía obras representativas inscritas en la línea de la farsa cómica, de su primera época como escritor.

Óscar Liera

Así lo recordó Rodolfo Arriaga Robles, actual director del Taller de Teatro de la UAS (Tatuas), durante la charla que sostuvo con sus iguales artísticos, Lázaro Fernando Rodríguez y Fernando Mejía, en el marco de la serie Personajes Universitarios, contenida en el programa Universarte de la UAS y que forma parte de la cartelera online de la Coordinación General de Extensión de la Cultura.

Transmitida por Facebook Live a través de la cuenta Cultura UAS, los invitados rememoraron aquellos primeros días en que actores y actrices de diversos grupos teatrales de la localidad, como Bufón, José Revueltas, Apolo y el TUS, atendieron la convocatoria para un montaje dirigido por Liera, Salmodia para un día de cansancio; y cómo fue que después, con la intermediación de don Miguel Tamayo Espinosa de los Monteros, lograron que dejara la capital del país y se viniera a radicar a la tierra que lo vio nacer (24 de diciembre de 1946), para encargarse oficialmente del quehacer teatral en la Universidad Autónoma de Sinaloa, donde fundó el Tatuas.

Tanto Arriaga como Rodríguez, así como el conductor del programa, Fernando Mejía Castro, coincidieron en que Óscar Liera, porque así fueron las cosas, concibió en Sinaloa sus mejores letras dramatúrgicas, como El Jinete de la Divina Providencia, El camino rojo a Sabaiba, Las Juramentaciones y Los negros pájaros del adiós, de entre las 36 obras que logró escribir antes de su muerte, acaecida el 5 de enero de 1990, en Culiacán.

Con Carlos Rochín en los controles, los tres directores teatrales (Lázaro Fernando al frente de Sabaiba Teatro, y Mejía Castro por Guiñoleros de la UAS), también hicieron memoria de hechos que marcaron a Liera como un personaje que le ponía altos al poder, fuera de líneas literarias, como cuando nombró en segundo nivel de importancia la presencia de un gobernador en un acto cultural en el Teatro del IMSS, habiendo resaltado la asistencia de doña Socorro Astol, que él reconoció como ‘La primera dama’ del teatro en Sinaloa.

Aspectos de sus funerales, enero de 1990

Sesenta minutos resultaron insuficientes para homenajear a quien fuera registrado con el nombre de Jesús Óscar Cabanillas Flores, por lo que el programa se extendió casi media hora más, dando énfasis a datos sobre su formación artística durante la niñez, de lo mal visto que era aquello de querer ser artista de teatro en su época, sobre el cumplimiento del deber ser social al haber intentado ser dentista y abogado; y del día luminoso en que cierta vez, en Guadalajara, Jalisco, conoció al director Rafael Sandoval, que lo hizo decidirse por la vida teatral, incluso en contra de las aspiraciones de su familia.

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