Al hablar del origen de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Autónoma de Sinaloa, la catedrática Sara González Cisneros dijo que la historia se remonta al 25 de enero de 1957, cuando el profesor Juan Macedo López convenció al rector, Dr. Jesús Rodolfo Acedo Cárdenas, de incluir un Taller de Artes Plásticas en el proyecto de Difusión Cultural de la institución, que llevó el nombre de Taller de Artes Plásticas del Estado de Sinaloa (TAPUS), siendo su primer director Erasto Cortés, grabador originario de Chihuahua.
Al TAPUS se inscribieron, dijo González Cisneros, personas como Pedro Carreón Zazueta y Rina Cuéllar, que a los años se distinguirían como altas figuras de la cultura, el primero como titiritero; y la segunda, como pintora, investigadora e historiadora.
Invitada a la barra de charlas con las que la actual Escuela de Artes Plásticas de la UAS ha venido colaborando en la cartelera virtual de la Coordinación General de Extensión de la Cultura, dio a conocer que el TAPUS tuvo como primer cobijo el edificio central de la máxima casa de estudios, para luego trasladarse al patio trasero de la hoy Escuela Libre de Derecho de Sinaloa.
Y en este orden de ideas, González Cisneros hizo referencia al itinerar del TAPUS, como su estancia en la calle Ángel Flores, justo donde alcanzó el estatus de Escuela de Artes Plásticas, recorrido en donde habló de quienes fungieron como directores, después de Cortés, del bullicio del choque de ideas, incluido el zafarrancho estudiantil con las fuerzas del orden del estado, que definió como lucha entre “pedradas y balazos”.
Acompañada en la transmisión por Mariana Astorga, que se llevó a cabo por Facebook Live con la cuenta Cultura UAS, Sara González incluyó aquella anécdota del desencuentro entre universitarios y el gobierno, cuando fue decomisada una obra de Moyer, propiedad de la institución, y que estuvo “encarcelada” por buen tiempo, hasta que fue devuelta a la UAS.