Crónica del 2º Encuentro de Rock: 11 grupos y solistas que lo dieron todo

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  • 5 horas de música con Los Virus, Nameless, Etéreo, Pau Matinée, Danger, Meguido, Calavera, Miguel Bojórquez, Rojo Cale, Fernanda Cuén y Cría de Cuervos

Culiacán, Sin. – Cuando Fernanda Cuén apareció en el escenario del Segundo Encuentro de Rock, ya faltaba escaso tiempo para que el reloj marcara el inicio del 10 de mayo, fecha dedicada a las madres -una tradición de 97 años en México-, luego de que en 1922 la celebración fuera inventada por el periódico Excélsior, como resumen a la guerra nacional de declaraciones que le había hecho al gobierno de Yucatán, encabezado por Felipe Carrillo Puerto, quien había “osado” lanzar “una propuesta grotesca” que, según, denigraba a la mujer, consistente en la repartición de un folleto sobre la forma de cómo evitar el embarazo.

Y allí estaba Fernanda Cuén varias décadas después, invitada entre los 11 grupos y solistas que conformaron el Segundo Encuentro de Rock, en el marco del XXIV Festival Internacional Universitario de la Cultura, muy probablemente desconociendo los antecedentes del Día de las Madres, pero asombrosamente intuitiva, pese a su juventud, respecto a la problemática actual de la violencia, como los feminicidios, las violaciones y las desapariciones forzadas, temas que fueron tocados en las letras de las canciones que le tocó interpretar.

Pero como la percepción de la vida depende de numerosas variables, como las personales, familiares y desde luego el estrato social, incluido el entorno físico, la cosmovisión de los participantes en el Encuentro de Rock, mayormente jóvenes, tuvo infinidad de matices, como el Grupo Los Virus, que le cantaron al amor y a la amistad, pero desde la perspectiva de sus edades, sin rebuscamientos, amarguras ni tratados teóricos.

A Nameless le faltó la única chica que lo integra, pero la ausencia no fue impedimento para que, a manera de dueto, con guitarra y cajón peruano, se atreviera con un “Soy malo” y a cantar un tema de Jarabedepalo, entre otros. Mientras tanto, el Grupo Etéreo tuvo su primera vez en el escenario, banda local con irisaciones de música pop, interpretando temas de propia inspiración, como “Insolencia”, que reconocieron como el himno de los patanes. Vendría Pau Matinée con dos músicos invitados, entre ellos el respetado Polo Carrillo, de Ergo Sum; ella también reconocería que era su noche de estreno; le cantó a los celos, al desamor y hasta hizo La cumbia del vaivén.

Danger, con músicos sudcalifornianos, arremetió con fuerza en el primer tema, incluiría una pieza con la cadencia del blues, interpretada en inglés, cerrando con la icónica Sabor a mí, de Álvaro Carrillo, con arreglos especiales. A Meguido no se le apagó la chispa ni un instante, con un vocalista que le metió energía a todas las canciones, inscritas dentro del rock cristiano.

 

Desde que salió el sol y hasta que se metió -cuando apareció la luna-, el responsable del Encuentro de Rock, Andrei Landeros, anduvo cuidando los pormenores del escenario, montado en la explanada frente al Edificio Central de la UAS. Todito el santo día del jueves 9 de mayo. Aún con ello, tuvo el suficiente brío y feeling para hacer lo suyo como miembro del Grupo Calavera, con un repertorio que incluyó “Directo y sin escalas”, “Sombra” y Para-dispara”, entre otras.

Andrei Landeros, organizador del Encuentro, con su Grupo Calavera

Miguel Bojórquez haría su aparición, acompañado de otro músico, dígase que hasta desenfadado y hasta condescendiente, porque mientras él deshojaba su repertorio, a sus espaldas hacían preparativos para el siguiente grupo. Un Miguel Bojórquez acaso a lo Bob Dylan, porque traía armónica y la tocó. Luego entonces llegó Rojo Cale y su excelente sonido; además, haciéndose distinguir por la suma de un acordeón entre los instrumentos, grupo que se despediría con “Historia sin papel”.

Fernanda Cuén, la penúltima en la cartelera

Fue enseguida que se apareció Fernanda Cuén con toda su glorificante y fresca irreverencia, acompañada, en la guitarra acústica, por una “María” no menos subversiva, pues se trató de un chico sin dobleces, muy bien plantado en el escenario, espacio que dejarían -para el número final-, al Grupo Cría de Cuervos, que cantó profesionalmente y hasta rapeó como si la multitud se arremolinara, a esas horas de la noche cuando en Culiacán muchos se aprestaban a las serenatas por el Día de las Madres, el invento del periódico Excélsior en respuesta a un gobierno que quiso enseñar a las mujeres algunos métodos para evitar los embarazos.

Cría de Cuervos, el grupo que cerró el encuentro, luego de 5 horas de música

Eran cerca de las 11 de la noche del jueves 9 de mayo. Y las rugientes motocicletas ya se habían retirado de enfrente del escenario. Porque las hubo. Porque la Asociación de Motociclistas Unidos Culiacán fue a apoyar el Segundo Encuentro de Rock, a los 11 grupos y solistas invitados en ocasión del XXIV Festival Internacional Universitario de la Cultura. Una noche de 5 horas de música, con  la grupos y cantantes que lo dieron todo. No importó primero el sol, luego la tarde y después la noche. Así fue.

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