CON EL ARTE SE PUEDE CAMBIAR EL MUNDO: ENRIQUE CHIU

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  • Inauguran en la UAS la exposición “Humanidad Migrante”

Muchos hablan sobre migración, pero no saben realmente lo que significa, no saben lo que es “estar parado en la frontera, ver a la gente deportada salir a medianoche caminado por ahí, ver a gente dormida en los arbustos esperando que sea medianoche para poder cruzar, encontrarse con gente que está ahí dormida por días esperando el momento adecuado para brincar el muro”. Así lo dijo Enrique Chiu, el artista que cierta vez, cuando plasmaba su sentir haciendo vaivenes con el pincel, se topó de frente con un indocumentado que deseaba pasar del otro lado de México, y le quitó prestada la escalera. Y Enrique se la prestó, “pero rápido, porque la estoy usando”, porque él -dijo- no era quién para cambiar las ideas de nadie, ni sus sueños, ni sus esperanzas de bienestar.

Así se expresó el único artista que se ha atrevido a solicitarle un permiso a los Estados Unidos para concretizar su deseo de pintar un mensaje de paz sobre el muro fronterizo, enviando una carta a Barak Obama en los últimos días de su administración, quien no respondió, pero sí el Departamento de Migración, que le dijo: “Te vamos a dar el permiso de que pintes el muro, pero solamente del lado mexicano, el lado de Estados Unidos no lo puedes tocar”; y entonces Chiu ofreció su respuesta: “No se preocupen, realmente estoy pintando del lado que sólo se necesita pintar”. Y es que él ya tenía fija una postura: “Con el arte se puede cambiar el mundo”.

Accesible, claro en sus ideas, alejado del esnobismo de lo que se dio en llamar “arte comprometido”, tan común en las décadas 60 y 70, porque el suyo corresponde a una preocupación latente, cruenta y que refiere la incomprensión humana, Enrique Chiu compartió sus experiencias como el creador artístico de la gran pintura en que se ha convertido el muro fronterizo -proyecto iniciado en la ciudad de Tijuana, en diciembre de 2016-, con todos los asistentes a su exposición “Humanidad Migrante”, que fue abierta al público el pasado viernes 7 de septiembre, en los salones de la Galería de Arte Frida Kahlo de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Acompañado por Jorge Luis Hurtado Reyes, responsable del Departamento de Artes Visuales de la UAS; de Adrián Ibarra, director de la Unidad Académica Escuela de Artes Plásticas, de Diana Leyva, Juan de Dios Pérez, Feliciano Hurtado y Dory Perdomo, fue enfático al expresar que su proyecto, desde los primeros días, nunca emergió con la idea de pelear, sino de enviar un mensaje de paz y de hermandad al mundo, de querer unir a dos naciones que, históricamente, siempre han trabajado juntas. De cualquier modo, el Muro de la Hermandad ha ido de la sorpresa a la controversia, con reportes de prensa de la BBC de Londres, del New York Times, con documentales en todos los idiomas y en todos los países.

El Muro de la Hermandad, que iniciara con un grupo de 5 personas, entre amigos y compañeros de trabajo de Enrique Chiu, a la fecha lleva 18 meses de expresiones sociales plasmadas a través de la pintura y con mensajes, con la participación de más de 3 mil 600 personas que han asistido de todas partes del mundo. Existe gente -dijo el expositor- que ha venido de otras naciones solamente un fin de semana: “Llegan un viernes, pintan conmigo sábado y domingo y se regresan en avión a su país”. Fue como aquel 3 de junio de 2017, cuando la Orquesta Sinfónica de Dresde, Alemania, con Marcus Rindt como director, hizo acto de presencia y se puso a tocar, mientras los demás pintaban, bajo la iniciativa Derribemos el muro, para enviar un mensaje contra el aislamiento, el racismo y el fanatismo, “así como el desarrollo de barreras en la mente de muchas personas”, como reportó el periódico La Jornada.

En total, se trata de 83 piezas expuestas en la Galería de Arte Frida Kahlo, entre fotografías, impresiones digitales y pinturas, entre ellas una obra de gran formato que recrea el Muro de la Hermandad, pintado el propio día de la apertura y firmado por el autor, enseguida del acto inaugural, y que se ofreció al público para que plasmara firmas y mensajes. Tanto el proyecto que principió en Tijuana, como la misma exposición en la UAS, dijo Chiu en la parte final de su discurso, son expresiones para comunicar que sí se puede cambiar el mundo de muchas formas, por medio del color, de las imágenes, de los textos. Para confiar que “el arte puede cambiar el mundo”.

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