- El fotorreportero, ampliamente reconocido en los medios periodísticos locales, participó en la charla Hablemos de fotografía, en el marco del Festival Universitario
Aquel lúgubre ‘jueves negro’ de 2019, a Alejandro Escobar le tocó verse en la calle, todavía bajo la lluvia de balas -cámara en mano-, haciendo registros de gente despavorida que corría sin saber a dónde, de familias enteras en busca de resguardo; y de policías ir de un lado a otro, mientras se oía el ulular de patrullas y ambulancias. Pero el hecho sigue siendo reciente, porque -puestos en la línea del tiempo-, hace ya 50 años le tocó ‘cubrir’ el movimiento estudiantil universitario de los 70; un hecho, dijo, que le ‘dio’ material a los fotógrafos de su generación, como igual sucedió con los fulgores violentos de aquel narcotráfico setentero que levantó la cabeza con fuerza, y que dio lugar a la Operación Cóndor gubernamental, para acallar los impactos.
Entrevistado por Mariana Astorga, el fotorreportero, con toda una vida laboral en el periódico Noroeste, y también miembro del cuerpo académico de la Escuela de Artes Plásticas de la UAS, fue la figura central de la charla Hablemos de Fotografía, emitida virtualmente por las plataformas oficiales del XXV Festival Internacional Universitario de la Cultura, provocando un sinfín de comentarios y felicitaciones de los usuarios conectados a la red.
Durante la transmisión en vivo, Alejandro Escobar incluyó la anécdota de aquella vez, hace varios años, de cuando le tocó asistir a un acto de destrucción de enervantes por parte del ejército, en donde una periodista norteamericana le tomó una foto junto a plantas de marihuana; pero lo que Escobar no sabía, era que esa imagen sería publicada en un medio de los Estados Unidos, y que lo iban a describir como agente de la policía federal mexicana.
Habló de las imágenes tomadas a ‘bocajarro’, es decir, esas que provienen de situaciones de súbito, sin mediar invitaciones de nadie; habló de la época en que no había comunicaciones fluidas, y que si lo enviaban a la Ciudad de México a cubrir un hecho, tenía que correr a un laboratorio a que le imprimieran las fotos y luego volver a correr al aeropuerto, buscando a alguien que viajara a Culiacán, para que le hiciera el favor. Hizo mención de cómo le llegó la era digital y la forma en que se empezaron a facilitar las cosas.
Respecto a si había llegado a sentir miedo dada su labor periodística, Alejandro Escobar dijo que, en verdad, le ha tocado vivir situaciones de riesgo, pero que es parte de la profesión. Y ya, para finalizar, se tocó el tema de la pandemia global COVID-19 y de la consecuente cuarentena, sobre lo que, externó, la ha pedido a sus alumnos que no dejen de registrar el hecho, que tomen conciencia de que viven un fenómeno en el cual ellos mismos son actores, y que las imágenes les servirán, en el futuro, para contar lo que una vez sucedió en el mundo, en México, en Sinaloa, en Culiacán y en cada casa de familia.