El impacto de la danza contemporánea en los estudiantes y el desempeño en su vida profesional y humano.
Con una charla entre amigos y colegas dedicados a la promoción y enseñanza de la danza como propósito de vida, se llevó a cabo la Primera Muestra Internacional de Danza Contemporánea Universitaria donde participaron personalidades de varios países de Latinoamérica compartiendo desde diferentes ópticas el impacto de la danza como parte de la formación integral de los estudiantes.
En evento transmitido vía Facebook Live a través de la cuenta Cultura UAS, UniversArte da un pequeño giro y es conducido esta ocasión por Robert Spin, director de la Compañía de Danza Contemporánea ContempoUAS fungiendo como mediador del programa que forma parte de la barra digital de la Coordinación General de Extensión de la Cultura.
Clarisa Flores Directora de Danza de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, expresó que: «como directora de una danza me he tenido que adaptar a los chicos por sus contextos, cada quien tenía situaciones complicadas y una danza tiene un ritmo y todo eso nos vino a mover a todos y también nos conmovió y fue un reto, me decepcioné mucho, no hicimos clase por un buen tiempo y yo tenía que adaptarme, buscar la manera de contactarme con ellos, ya después nos reunimos y decidimos cambiar la metodología con ellos, creando propuestas diferentes, cápsulas formativas con diferentes temas para la comunidad universitaria, fueron cápsulas bastante aceptadas incluso para la sociedad en general, cada estudiante tenía se cápsula formativa, cada uno tenía un tema; se difundió una serie de cápsulas con temática en las páginas de Facebook e Instagram, así íbamos haciendo como camino para hacer ver que la danza universitaria está viva y este año más asertivos, más abiertos decidimos hacer clase, estamos trabajando en un montaje universitario, tengo 5 chicas y estamos trabajando en ese proceso para poder presentarnos en el congreso. Ha sido una manera de ver la realidad desde otra perspectiva, adaptarnos al contexto».
De igual manera Carmen Alicia Vásquez, estudiante de administración de empresas de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, compartió su experiencia como alumna: «siempre ha sido un reto estar en un grupo de danza, independientemente de la pandemia o no, porque cada integrante tiene otras actividades dentro de universidad y hay que acoplar el horario y con la pandemia se complicó el doble, el desánimo, no se trabaja de la misma manera, pero después de ese colapso empezamos a utilizar esas herramientas a favor nuestro. En cotidianidad de antes no hubiesen sido posible, si ha sido un reto, pero ya tenemos estructura, tenemos días de clase. Si es cierto que fue como, no sabemos que hacer y surgió esa idea de las cápsulas, animó a los integrantes a volver a integrarse y a la comunidad universitaria porque les gustó mucho y la gente está atenta a qué va a ofrecer el grupo de danza de la universidad y es importante aprovechar las oportunidades que se nos da por la pandemia.
Por su parte Lorena Delgado, Coordinadora y docente de la carrera de Danza de la Universidad de las Artes de Ecuador, cuya sede está en Guayaquil, manifestó que tanto para docentes como estudiantes han sido tiempos difíciles «bastante complejos, pero también de encontrarnos en la comunidad, de reforzar, creo que ha sido bastante importante, en la universidad no tuvimos el tiempo de parar porque en cuanto se decretó el encierro y demás, tuvimos alrededor de un mes para prepararnos para abrir semestre y claro, ese mes implicaba capacitaciones para docentes sobre plataformas, en danza nunca lo habíamos hecho ya que la presencialidad es lo nuestro; estábamos sufriendo una crisis de salud y financieras y entonces, al ser una carrera que está naciendo por la pandemia se tuvo que frenar todo eso y tuvimos que dividir los docentes para todas las materias y todo eso afectaba muchos frentes, pero estoy muy agradecida con el equipo de trabajo que tenemos, todos pegaron el hombro y fuimos a dar con todo».
Así mismo, Carlos Corral Docente del Instituto Tecnológico de Sonora señaló sobre la pandemia «nos pegó por todos los frentes, si bien en el ITSON ya existían carreras que ya estaban virtualizadas con plataformas propias para la educación post moderna, pero no estábamos del todo preparados, la metodología, la alfabetización docente, sino tener la calidad del docente, la calidad pedagógica para poder llegar al alumno, claro que eso se estaba haciendo una transformación paso a paso que se buscaba y con las condiciones que imperaban se tuvo que hacer de manera abrupta y fue una ola de adaptación, muchos alumnos prefirieron parar y no seguir con sus estudios; la danza es un laboratorio, no conocíamos otra forma de practicarla con la presencia de alumnos que estuvieran haciendo el desarrollo y el aprendizaje, sobre todo la práctica, es muy diferente hacer todo esto en casa, la sala, la cocina, teníamos las herramientas tecnológicas, el diseño lo mudamos a la virtualidad, todo esto es una parte mínima del reto que teníamos enfrente, la experiencia del alumno tenían que ser significativa, había que tirar muros para la experiencia».
Por su parte, el representante universitario Robert Spin hizo hincapié en que «la parte humana es importante, porque si no tenemos esa calidad humana de nada nos sirve, es importante que rescatemos esa parte que nos hace buenos profesionales», haciendo referencia a la importancia del sentido humano que deben los docentes al estar frente al grupo e impactar al estudiantado de manera positiva.