- El cantante fue el invitado del programa Entre Sonidos y Silencios que Aldo Rodríguez conduce para Radio Universidad
Haber pasado mes y medio al lado de Cecilia Bartoli fue un aprendizaje brutal y una experiencia inolvidable, dijo el barítono de clase mundial Armando Piña, invitado del programa Entre Sonidos y Silencios, que conduce Aldo Rodríguez para la barra digital de Radio UAS, evento que fue transmitido desde el auditorio Juan Eulogio Guerra Aguiluz.
“Te aseguro que muy pocos artistas han existido como ella, es una calidad de artista que de verdad no puedes dejar de escucharla, aunque estás cantando a un lado y tú tiene tus partes que tienes que cantar, estás cantando y al mismo tiempo estás escuchándola, porque es magnético, es una cuestión tan especial: su manera de interpretar, sus detalles; lo de menos es la velocidad de sus curvaturas, realmente Bartoli es una artista muy completa», expresó de la mezzosoprano italiana.
Durante el programa, llevado a cabo vía streaming por las plataformas digitales de Facebook Live de Cultura UAS y Radio UAS, el barítono mazatleco confesó que haber tenido la oportunidad de compartir con gente tan talentosa, fue una experiencia inolvidable y que, por su naturaleza observadora, fue aprendiendo las técnicas vocales y la musicalidad de ciertas frases que le dejó el trabajar con los mejores del mundo.
Después de mostrar material en video de la ciudad de Salzburgo, Austria, el egresado de la Academy of Vocal Arts de Pensilvania, contó que siempre trata de vestir de manera formal y que al llegar a Zurich, en su primer día en el Ópera Studio, estaba programada una muestra para los sponsors (patrocinadores) del teatro. «Iba a cantar un chico argentino, un gran tenor y resulta que no llegó, y de todo el Ópera Studio, el único que venía bien presentable era yo». Fue entonces cuando le pidieron que cantara El barbero de Sevilla, donde Grisha Asagarov, director de escena, estaba encargado del concierto. «Le pareció muy bien que saltara al ruedo de repente y le gustó mi voz, le caí muy bien y a partir de ahí empezó a invitarme a hacer más cosas».
A sus 29 años, luego de un largo proceso de audiciones, en las que diversos directores debían dar su aprobación, el mazatleco Armando Piña se convirtió en el primer y único barítono mexicano en debutar en el legendario Festival de Salzburgo y grabar con la prestigiada Detsche Grammophon.
Como Director de Taller de Ópera de Sinaloa, expresó tener un encanto por Rossini, de quien dijo que era un grandísimo ejemplo de la comedia en la ópera. «Hay que divertir al público y de alguna manera hacerlos entrar en el mundo de la comedia del compositor; cada uno tiene su propio idioma y cuando te metes en su mundo, te diviertes”.
Concluyó aconsejando a los jóvenes intérpretes que inician su carrera juntarse con personas que hayan hecho o logrado ciertas cosas, o pisado ciertos escenarios. «Es muy probable que tengan algo que decirte al respecto, no podemos pedirles a personas que no hayan hecho, que te enseñen a hacerlo, ¿verdad? Entonces, chicos, júntense con personas que lo hagan y que admiren, acérquense a las personas que admiren, porque por ahí puede haber personas que están siempre dispuestas a echar la mano y ayudar a dar un buen consejo, a conectarlos de alguna manera con algún teatro, agentes o alguna persona que pudiera ayudarles en su carrera».