- Participó en los Miércoles de Concierto, a través de barra cultural online de la UAS, que contribuye a la práctica de Sana Distancia para no abonar a la propagación del virus COVID-19
Culiacán, Sin.- Como si estuvieras en una casa de gitanos sevillana, allá donde las mujeres dejan el quehacer y arman el tablao de baile y cante, mientras los hombres hacen lo suyo con las guitarras, se sintió el Miércoles de Concierto en su vertiente digital, tras el evento ‘La guitarra flamenca desde casa’, a cargo del joven concertista Lester Salomón, transmitido vía Facebook Live, a través de la cuenta Cultura UAS, y por las frecuencias de Radio Universidad, como parte de la barra online de la Coordinación General de Extensión de la Cultura.
La velada digital, que también organizan la Unidad Académica de Artes y la propia Dirección de Radio UAS, estuvo de plácemes con la intervención de aquel joven guitarrista, alumno avanzado de la Escuela de Música de la UAS, quien se explayó con la ejecución de composiciones suyas que reafirmaron su talento artístico, el apego al solar sinaloense y el sentimiento por sus seres queridos, en quienes se inspiró para crear varias de las obras que fueron disfrutadas en línea, como parte de las acciones universitarias para colaborar con los objetivos que buscan aminar los impactos de la pandemia COVID-19, practicando la Sana Distancia.
Con la conducción de Miguel Espinoza Castillo, director de Actividades Artísticas de la UAS, en la transmisión no sólo hubo guitarra flamenca en acción, sino también una amena charla con el concertista, mientras se leían y respondían las decenas de participaciones de los usuarios de la red, quienes desde el inicio de la sesión online no dejaron de enviar saludos, felicitaciones, e incluso solicitudes de sus obras guitarrísticas predilectas.
Pero Lester Salomón ya tenía definido su programa para los Miércoles de Concierto de la UAS, dando inicio con unas alegrías bajo el nombre Puente Negro, un palo flamenco muy alegre, de su autoría, con obvias referencias a Sinaloa, para continuar con unos fandangos de huelva dedicados a su madre, luego una balada flamenca en honor de su novia, titulada París chiquito; acto seguido, tocó unos tangos, también suyos, de nombre Diluvio de ideas, una pieza bautizada como La Santa Cruz, inspirada en su abuelo, para cerrar con otro palo flamenco intitulado Estación Bamoa, porque fue en ese sitio donde sus abuelos procrearon a sus 14 hijos, y donde la familia Salomón se reunía para abrazar la vida.