Irreverente. No en pocas ocasiones, a Astrid Hadad se le ha tratado de poner un alto a su particular manera de acometer, cada vez que toca, el cancionero popular mexicano. Algunos piensan que lo ofende, que no hay decoro en su forma de exponerlo sobre el escenario. Que le resta mexicaneidad. Pero más que una cantante común y corriente, Astrid Hadad es un fenómeno artístico, incluso una aparición surrealista. Y es que, más que cantar -o junto con el canto- ella expone, actúa, señala, critica, reniega, se burla. Y es feliz. Y vuelve felices a quienes disfrutan de su espectáculo. Con todo y sus destellos avasalladores, provocando borbotones de risotadas, se presentó en el I Festival Universitario de la Cultura, concierto que ahora se recrea a través de la Colección Videográfica de la Universidad Autónoma de Sinaloa.