La presencia silenciosa del pasado marca las obras de este recital, Desde Bach, uno de los más grandes compositores de la historia de la humanidad, y para muchos, el mejor que ha vivido, el Clasicismo de Mozart y llegando al siglo XX con Kabalevsky. Han sido numerosos los compositores que se han interesado por las posibilidades de la escritura para el violín a lo largo de la historia. Y muchos lo han hecho volviendo su mirada atrás, homenajeando, citando y reinterpretando la herencia musical de siglos anteriores.

Partita para violín solo n.º 1, BWV 1002

Fue escrita en sus principios por Johann Sebastian Bach, cuando aspiraba a un puesto en una iglesia, pero fue escuchado por el Duque Juan Ernesto que le ofreció un puesto como músico de corte. La citada partita oficialmente data de sus años en Cöthen, tras su periodo de música de cámara cuando decidió explorar un estilo sin bajo continuo de ninguna clase.

Sonata para violín n.º 21 en mi menor K. 304/300 c

La Sonata para violín n.º 21 en mi menor, K. 304/300c, es una sonata de Wolfgang Amadeus Mozart. Fue compuesta en 1778 durante la estancia del compositor en París (Francia). En esa época tuvo lugar el fallecimiento de la madre del compositor, Anna Maria, hecho que queda reflejado en la obra.

Concierto para violín y orquesta op . 48 de Kabalevsky

El primer movimiento del Concierto para violín, Allegro molto e con brio, está escrito en forma sonata y tiene dos temas muy contrastantes. El primer tema es de carácter muy vivo, se caracteriza por oponer el modo mayor y el menor. El segundo tema, en cambio, está escrito en modo menor y es muy melódico.

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