Mediante altar, honran al poeta Juan Eulogio Guerra Aguiluz

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Al hombre enamorado de su Universidad, el que regalaba como luz sus conocimientos de abogado; al hombre que se le rasgó el corazón cuando asesinaron a los estudiantes Juan de Dios Quiñónez y María Isabel Landeros, en 1972, y entonces les escribió la sentida Elegía para dos soles, un poema que estremece desde el primer verso: a Juan Eulogio Guerra Aguiluz (1930-1982) fue dedicado el altar por parte de la Coordinación de Cultura de la Unidad Regional Norte, en el marco de la cuadragésima primera Celebración Universitaria de Día de Muertos.

A él, que litigó por las causas justas hasta el final de su tiempo, al hombre que repudiaba la barbarie sin importar el sitio de donde emergiese; al poeta y ensayista, al combativo y al mismo tiempo sensible como pétalo al viento; al literato y académico a quien con justa razón la UAS editó una compilación de su obra poética, ensayos y otros textos, con el título Los combates de la luz, donde sobresalen su canto social y su búsqueda ontológica.

Juan Eulogio Guerra Aguiluz

El altar al poeta Guerra Aguiluz se exhibió virtualmente a través de la cuenta Cultura UAS de Facebook, dentro de la cartelera de la Coordinación General de Extensión de la Cultura, dependencia responsable de la Celebración Universitaria de Día de Muertos, con la participación de otras áreas y unidades académicas institucionales.

Al calor del tercer día de actividades de dicha Celebración, al inicio de la producción digital se contó con la participación de Martin Corral Ayala, quien hizo la presentación del altar y reconoció a Juan Eulogio como a un “hijo pródigo de Sinaloa”. Anterior a su intervención, se escuchó el canto de Óscar Chávez con el tema La Calaca, que en la estrofa inicial dice: Mucho cuidado señores porque la muerte anda lista/En el panteón de Dolores ya nos tiene una pocita/Para los compositores y uno que otro periodista/Licenciados y doctores, todos están en la lista.

Y en el transcurso del video, que duró arriba de los 15 minutos, se oyeron dos poemas de Juan Eulogio Guerra Aguiluz, Novenario y Justificación de poeta, hechos canción en voz del artista universitario Agustín Conde. Para concluir, el propio cantante leyó otra de las obras del poeta honrado en un altar de Día de Muertos, justo la Elegía para dos soles, la que dice que La muerte de un estudiante/no es una muerte cualquiera/Es el paso de la luz/por el ojo de una estrella/Es muerte de girasoles/alumbrando las conciencias.

Cabe señalar que en el diseño de dicho altar de Día de Muertos, así como en la producción audiovisual, también colaboraron Lilia Sapién Arroyo y Ana Lilia Conde Sapién.

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