Por tercer año consecutivo, el Grupo Aguaalada obtiene primeros lugares en Festival de Teatro de la UNAM

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Culiacán, Sin.- En el marco del vigésimo séptimo Festival Internacional de Teatro Universitario, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México, llevado a cabo recientemente en la capital del país, por tercer año consecutivo la UAS obtuvo preseas de primeros lugares tras la participación del Grupo Aguaalada, con la obra La esperanza de Martina, de Mónica Hot, en donde la joven Cinthia Adamari López Medina se llevó la presea como Mejor Actriz, mientras que su compañero de elenco, Luis Artemio Ortiz, ganó el reconocimiento como Mejor Actor.

Luis Artemio Ortiz

Bajo la dirección de Alberto Bueno, el grupo anteriormente señalado acudió al certamen de la UNAM en representación de la Licenciatura en Teatro de la Unidad Académica de Artes, con sede en la Escuela de Música de la casa de estudios.

Cabe recordar que el año anterior, aquella vez con el montaje Las Niñas de la Guerra, de Bertha Hiriart, Alberto Bueno fue galardonado con el premio Mejor Dirección de Obra, mientras que Cinthia Adamari López Medina obtuvo la presea como Mejor Actriz, lo que la convierte en una de las jóvenes promesas del teatro universitario y sinaloense, con dos reconocimientos internacionales consecutivos.

Cinthia Adamari López Medina

También es menester señalar que en 2019 la agrupación Aguaalada participó en el Festival Internacional de Teatro Universitario representando al Centro Cultural Culiacancito de la UAS, en la Categoría “A” del Nivel Bachillerato.

Asimismo, en 2018, Aguaalada, en la edición vigésimo quinta del certamen de teatro llevado a cabo por la máxima casa de estudios del país -también representando al Centro Cultural Culiacancito-, se llevó de calle a todos los grupos participantes, tras ofrecer el montaje Ustedes entienden, verdad, dramaturgia y dirección de Alberto Bueno, y ganar el premio como Mejor Obra del concurso.

La esperanza de Martina narra la historia de una niña de apenas 10 años de edad que no pudo soportar la ausencia de su padre, quien se había ido a los Estados Unidos y del que ella y su madre no sabían nada, hasta que la pequeña Martina decidió salir tras su búsqueda, iniciando una aventura inscrita en el mundo de los sueños, por medio del cual habría de vivir las inclemencias del desierto, la fuerza de las corrientes de agua y la maldad de los bandidos de la frontera, porque en su universo todo era posible que sucediera.

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