La investigadora del Instituto de Geofísica de la UNAM habla sobre la importancia del cuidado del preciado recurso.
“Un tercio de la agricultura es también irrigada con aguas subterráneas, sobre todo en el centro del país, esto da cuenta de la importancia que tienen las aguas subterráneas en México”, precisó la catedrática al participar en el programa Butaca 33 que conduce Ulises Cisneros.
En evento transmitido vía Facebook Live a través de las cuentas Radio UAS y Cultura UAS, la integrante del Colegio de Sinaloa dijo además que “en el mundo, el 90 por ciento de aguas dulces son aguas subterráneas, razón por la que la ONU declaró este año para celebrar el día mundial del agua, dedicado a las aguas subterráneas con el lema “Hacer visible lo invisible” entonces, esa es lo importante de las aguas subterráneas”.
Invitada para hablar sobre La calidad del agua en México, la investigadora egresada de la Facultad de Ciencias Químico Biológicas de la UAS, detalló que en la actualidad, en Sinaloa se cuenta con catorce mantos acuíferos y ocho de ellos están siendo sobre explotados.
“Afortunadamente tenemos las presas, los ríos, pero estamos sujetos al clima, que de repente los niveles bajan y ya no tenemos acceso a esa fuente de agua superficial y en zonas serranas, el agua subterránea es básica y en el sur de Sinaloa también”, puntualizó.
“Tenemos la fortuna de nuestras fuentes de agua superficial, pero hay que cuidarla, no es inagotable, es un recurso indispensable para todas nuestras actividades, para nuestra sobrevivencia, hay que cuidarla de todos los usos que le damos, tanto en casa, en la agricultura, en la industria, hay que reutilizar, ahora para que no nos quedemos de repente si agua, estamos sujetos al clima y este es muy variable”.
Destacó que en México, los principales contaminantes son la inclusión salina, producto de esta sobre explotación en las costas, donde por excesivo bombeo, contamina lo que debería ser agua dulce, provocando que no se pueda beber, “otro contaminante son los nitratos, provenientes de letrinas, residuos de ganadería, fertilizantes, aguas residuales no tratadas adecuadamente y elementos como fluoruro, arsénico, hierro, manganeso, cromo, que están naturalmente en nuestro suelo”, dijo.
Respecto a la protección del patrimonio natural y lo que se debe hacer como sociedad para cuidar del vital líquido en términos jurídicos operativamente ejecutables manifestó “lo primero es conocer la composición, hacer análisis completo del agua, no solamente cloro residual sino análisis totales que se hacen en gran parte del país y con base en ese conocimiento se decide bajar los niveles de X o de Y contaminante, cómo se puede hacer, buscando otras fuentes de agua, ya sea superficial o subterránea y ver que no esté contaminada, mezclar las aguas o con poca concentración y elevadas y bajarlo a lo que indica la norma para agua potable y otro es el tratamiento del agua, eliminar contaminantes y desarrollar métodos que sean accesibles y aceptables por las comunidades porque si no hay otra fuente de agua, hay que quitarlo y la tecnología lo permite”.