El poeta y promotor cultural Antonio Coronado relata la historia de su nacimiento y evolución.
«Era una de mis metas, bueno sigue siendo, yo pienso que mientras tenga aliento, vida y salud seguir haciendo el festival porque es algo que me gusta, es mi proyecto de vida, no desde el punto de vida económico, es un proyecto de ayuda a la comunidad, haciendo lo que me gusta porque yo creo mucho en la cultura como agente motivador para transformar a la sociedad», manifestó su fundador al participar como invitado al programa UniversArte, de la barra digital de la Coordinación General de Extensión de la Cultura, que es conducido por Fernando Mejía y Carlos Rochín.
En evento transmitido vía Facebook Live a través de las cuentas Cultura UAS y Radio UAS, el ex director de Editorial UAS manifestó que antes de todo hubo un Festival ‘0’ «invitamos a un montón de muchachos de la escuela y llevamos la convocatoria a Bellas Artes y vinieron 23 muchachos al festival y fue en Semana Santa por una razón tan importante, en ninguna otra época hubiera tenido gente, no tendríamos público, yo sabía que en Semana Santa se reunían en la bahía, porque tiene muchísimas playas y esas personas eran una especie de público cautivo, el primer año tuvimos como 40-42 personas, había franceses colombianos, dos extranjeros y todos los demás mexicanos y pues a todo mundo le gustó mucho; inventamos un espacio, nosotros decimos que es el más abierto, plural, que es la fogata, una fogata donde participa todo mundo, el bueno, el malo y el feo, desde el poeta más humilde hasta el más horrendo».
Expresó además: «desde el origen, la columna vertebral sería la poesía y creamos un premio interamericano de poesía donde participaban Canadienses, mexicanos y argentinos, todos los premiados han sido publicados, a raíz de ese premio creamos Navachiste Ediciones, el primero fue Poética de la Tierra Edición y de ahí hicimos una edición que se llamaba El gegén africano», agregando también que las editoriales no le apuestan mucho a publicar libros de poesía, ya que no es negocio que dé y que pese a esto, Navachiste Ediciones lleva ya 40 títulos publicados.
Recordando algunas historias de personajes que han sido invitados al festival y que con el paso del tiempo se les etiqueta como ‘navachisteros’, porque año con año regresan a la bahía pese a jurar y perjurar que «el próximo año no regreso», por aquello de los zancudos y gegenes y tantas otras cosas con las qué lidiar en la estancia, como la falta de comodidades a las que cualquier persona promedio está habituada y preguntan si hay hotel, «así empieza la plática, tienes que traer tienda de campaña, tenis de lona, hay gegenes, zancudos, fumigamos el campamento, no engañamos a nadie porque nos meteríamos en serios problemas”, recalcó.
Uno de los célebres personajes fue don Raúl Cervantes Ahumada a quien le gustaba asistir a ese lugar, cuando todavía la cacería era una actividad que practicaban muchos sinaloenses, a él le gustaba mucho la cacería y él y alguno de los amigos que tenía en Guasave se iban ahí a pescar y acampaban e iban de cacería; y entre otros Jaime Labastida, cuando concebimos la idea de hacer el primer festival fuimos Benito Ramírez y yo a invitarlo y me dijo, «no, yo soy una bestia de la ciudad, todo eso ya lo viví yo, no me lo van a platicar». En ese entonces, Labastida era director de la revista Plural y como muestra de su apoyo les pidió que le hicieran llegar la convocatoria, misma que fue publicada a media plana en la revista.
Respecto al futuro del festival expresó «yo no lo veo, no me voy a poner pesimista, pero requiere de mucha pasión, entrega, esfuerzo, de la logística del festival, sobre todo por la falta de recursos, es terriblemente complicada. Para que esto suceda yo pongo camioneta, tractor, una batanga, trabajo mío, de mis hijas, puro trabajo y voluntario; lo hacemos y lo seguimos haciendo por gusto». Haciendo hincapié en que hay gente que asiste al festival y dice: «ya estuve, ya no voy a participar, pero el año que viene ahí nos tienen otra vez».