Ocho músicos forman un ensamble que comprende un cuarteto de cuerdas con voces africanas, un reflejo de la multiculturalidad de nuestros días.
La fusión de sonidos europeos y africanos se podrá ver en uno de los espectáculos más peculiares en el marco del XLIV Festival Internacional Cervantino.
Cuando una base sonora constituida por un cuarteto de cuerdas sirve de soporte al canto africano, las fronteras geográficas y culturales se desdibujan. La música se transforma en territorio común, en el sitio de la reconciliación.
Eso es lo que sucede cuando aparece en escena Askanyi, cuya música ha de apreciarse con la transmisión de su concierto, gracias al programa “Vive el Cervantino más allá de Guanajuato”, este jueves 13 de octubre, en punto de las 10:00 horas, en el Auditorio “Margarita Sánchez de Corona”, de la Unidad Académica de Artes (Escuela de Música) de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Askanyi es un ensamble que combina las voces de cuatro cantantes africanos con un cuarteto de cuerdas, juntos forman un proyecto único que mezcla armonías clásicas con la polifonía típica de los cantos del continente negro, música que suena a multiculturalidad.
Este sonido tan único se logró gracias al talento de ocho músicos que se formaron en países de Europa, en el Congo, Burundi y Senegal, pero se establecieron en Bruselas (Bélgica), todos con la convicción de crear un espacio donde la música “culta” y los cantos étnicos pudieran convivir.
Los integrantes del ensamble son, por la parte vocal, Jupiter Diop (cantante, compositor y guitarrista), Fredy Massamba (cantante y percusionista), Nicole Letuppee (cantante) y Marie-Ange (cantante). En el cuarteto de cuerdas están Esther Lambrechts (violinista), Sebastien Paz Ceroni (violinista), Marijn Thissen (violista) y Robrecht Kessels (chelista).
Con un disco homónimo grabado, su repertorio se basa en una selección de piezas vocales hecha por cinco compositores que han reinterpretado músicas africanas que tienen letras sobre cuestiones filosóficas y espirituales. El nombre de Askanyi significa “el pueblo” o “la gente” en wólof (lengua nativa de Senegal y Gambia) de ahí que sus temas pretendan transmitir esa unidad con su arte.
Y esa intención de llevar su obra más allá de un espectáculo y querer reflejar la diversidad de nuestra sociedad contemporánea la explican así: “Askanyi está creando música que expresa la esencia de una nueva comunidad global; la música que nos lleva más allá del concepto de la uniformidad, la música en donde las tradiciones occidentales y las de África logran comunicarse con respeto”.
“Zikr” fue la canción que dio origen a esta banda y con la que se logró una armonía y unidad particular. Cuando Sebastien Paz Ceroni escuchó por primera vez el tema original le llamó la atención el parecido entre esa melodía africana y la música clásica barroca. Al lado de Júpiter Diop (quien tiene una historia larga en la música reggae), descubrieron una nueva dimensión musical en la cual ambos géneros podían encontrarse y convivir de una forma que el resultado fuera algo completamente sin precedentes. El término “zikr” significa “celebración, la revelación y el ritual”, que es también el tema de fondo del repertorio de Askanyi.
Tanto con la música como con el mensaje que desean dejar plasmado con sus letras o hasta con esa sui géneris alineación de músicos y cantantes, este grupo deja claro que reunir lo mejor de dos mundos da como resultado algo aún más poderoso.